La Larga Distancia en México

El Universal me citó ayer en una oportuna nota sobre la lenta muerte de la Larga Distancia en México (lenta respecto a cuán rápido el cobro de ese servicio ha desaparecido en otros lugares del mundo):

Carlos Silva, miembro del Instituto del Derecho de las Telecomunicaciones (IDET), dijo que la tendencia global es que la larga distancia no sea un servicio en sí mismo, sino un insumo para otros servicios. Para lograrlo, es necesario que se eliminen las barreras artificiales que se han impuesto, como la restricción a que otros operadores compitan en ciertas áreas de servicio.

La nota hace referencia a la pretendida y previamente abortada intención de COFETEL de fusionar varias áreas de servicio local para eliminar entre ellas los cobros de Larga Distancia.

COFETEL desde su fundación y desde el inicio de la competencia en telecoms en nuestro país, repetidamente ha realizado procesos similares que son una mejora marginal para el grueso de los usuarios y la industria, pero de altísimo impacto para el desarrollo económico y social de las poblaciones involucradas. Este proceso debe continuar, independientemente de su impacto para jugadores particulares en la industria.

Midiendo el retraso de las licitaciones

Transcurrieron nada más 646 días entre el momento en que la Secretaría de Comunicaciones y Transportes y COFETEL anunciaron el programa de licitación de frecuencias y la publicación de las bases de la licitación de sólo 2 de las cuatro bandas anunciadas originalmente (siendo justos las dos bandas más demandadas por la industria serán las licitadas).

De acuerdo al calendario publicado por COFETEL se puede estimar que los títulos de concesión a operadores ganadores se entregarán en algún momento entre julio y agosto de 2010. Si algún nuevo operador entra al mercado como resultado del proceso, es de esperarse que comenzará a ofrecer sus servicios en el álgún momento a la mitad del 2011, es decir, al menos tres años y medio después de que el proceso fuera anunciado.

Para los operadores establecidos resultará más fácil y rápido aprovechar cualquier nueva concesión que ganen. De cualquier forma, toda inversión derivada de las licitaciones por operadores nuevos o establecidos iniciará a mediados de este año, cuando la recuperación económica en Estados Unidos y por consiguiente en México, esté a toda marcha y difícilmente las licitaciones habrían servido para suavizar los efectos de corto plazo del ciclo económico.

Con todo, el arranque formal de las licitaciones es algo que hay que celebrar. Es incluso muy fácil que la autoridad nos de más razones para el festejo simplemente anunciado iniciativas para acelerar el proceso de migración a la TV Digital Terrestre, programado para el 2021, que liberaría valioso espectro para servicios móviles y de banda ancha. Si bien 2021 parece lejano, la historia reciente nos dice que nunca es demasiado temprano para iniciar.