A pesar de los esfuerzos de los países latinoamericanos por hacer más eficientes sus redes de Internet, los Estados Unidos continúan siendo el principal polo del tráfico de la región. En el mediano y largo plazo, los mercados latinoamericanos de Internet estarán más impactados por las condiciones que los países negocien con operadores de Estados Unidos que por los esfuerzos dedicados a atender la interconexión de operadores dentro de un mismo país.
Tales afirmaciones están soportadas por el estudio “Intra regional Internet connectivity still a pending assignment” (liga a archivo PDF), que compara el estado de los esfuerzos de 10 naciones latinoamericanas por contar con una infraestructura de Internet propia, sin depender de interconexiones en los Estados Unidos.
Otros hallazgos que son destacables del estudio son:
- Brasil cuenta con fronteras con otros 10 estados y es una nación clave en el esfuerzo de integración comercial que representa el MERCOSUR. No es de sorprender que sea la nación líder en número de conexiones y ancho de banda instalado para interconectarse a otros países de la región y la ruta Argentina y Brasil es probablemente la de mayor tráfico entre dos países latinoamericanos. Con todo lo anterior el ancho de banda que Embratel, el operador de la red dorsal de Internet más grande del país, dedica a conectarse con sus vecinos es solo el 1% del total de su ancho de banda internacional, Estados Unidos representa el 98.5%.
- Cuba y Chile son los únicos países en la región (y de los pocos que podría haber en el mundo) que cuentan con regulaciones expresas para forzar a los proveedores de Internet a conectarse.
- Ecuador es el único país con puntos públicos de intercambio de tráfico donde se conectan la mayoría de los proveedores en al menos dos localidades geográficamente diversas, la mayoría de los países centralizan su tráfico en sus capitales creando puntos únicos de falla potenciales.
- México es el único país donde la interconexión de redes se da vía acuerdos privados exclusivamente, sin hacer uso de un punto neutral de intercambio de tráfico, el cual erróneamente se ha concebido en muchos países como requisito para que ocurra la interconexión. Su posición geográfica se traduce en ventajas económicas para los operadores que sin embargo, no han tenido un efecto en la penetración de servicios en la población, la cual es porcentualmente más baja comparada con Argentina y Brasil.
De forma general puede concluirse que:
- La interconexión de redes dentro de Latinoamérica ha sido una respuesta de mercado a los altos costos del ancho de banda hacia EU y se ha dado en el marco institucional que proveen las cámaras de las industrias relacionadas. En Chile donde hay regulación en el tema, ésta se dio como consecuencia de los esfuerzos de la industria.
- En casi todos los países, existe una fuerte confusión al buscar trato de iguales para operadores de redes como a ISP’s que ofrecen servicios con infraestructura arrendada. La crisis del NAP CABASE en Argentina tiene su origen en esta concepción errónea.
- El patrón de conducta de los operadores en la mayoría de los países es similar al de aquellos que participaron el inicio de la Internet comercial en los Estados Unidos. En este caso, todos los operadores aceptaron interconectarse con todos los demás sin distinción alguna y sólo cuando fue que los operadores grandes subsidiaban a los pequeños al otorgarles interconexión gratuita, la interconexión se fue tornando más selectiva. Esto ocurre actualmente en Argentina y es de esperarse que el problema se replique en otros países.
- México y Brasil han sido excepciones en la región, pues los operadores desde un inicio han sido cuidadosos para seleccionar a sus redes pares desde el inicio.
- La disparidad entre el ancho de banda que los operadores en la región dedican a conectarse a EU contra el dedicado a conectarse con otros países es un reflejo múltiples variables que trascienden a la industria de telecomunicaciones. Por lo anterior, el tema de evaluar la estructura de costos de los operadores latinoamericanos para acceder a las redes de Estados Unidos deberá ser un tema prioritario a estudiarse por operadores y reguladores por igual.