El pasado 13 de mayo, durante el Congreso Internet 2010, declaré en entrevista a Milenio sobre la licitación de un par de fibras oscuras de la red de CFE:
Carlos Silva, especialista en el tema, comentó que “el problema de origen es delimitar artificialmente la oferta de un recurso que es esencial para todos los operadores, pues si de algo se pueden beneficiar los usuarios mexicanos es de contar con una variedad de servicios y concentrar el ofrecimiento de infraestructura, haciendo disponible sólo un recurso de más de ocho, que potencialmente podrían estar disponibles”.
Calificó esta decisión de un “error de política publica”, pues más allá de las empresas involucradas, ya sea de un lado o de otro, el problema de origen es esa limitación artificial que tiene un fin primordialmente recaudatorio.
Van a ser múltiples las razones por las que se deberá lamentar el diseño de licitación de CFE. Si el Estado la limitó con fines recaudatorios, el esfuerzo fue en vano pues al contar con un solo oferente, sólo será necesaria una postura con un monto mínimamente superior al precio de reserva para adjudicarla. Al subastar este recurso propiedad del Estado para reducir el riesgo y los tiempos involucrados con una nueva inversión, el Estado está subsidiendo a los operadores ganadores, sin que éstos a cambio tengan algún compromiso adicional al de cualquier otro concesionario.