El Universal publicó ayer en su versión en línea una nota informando acerca del uso que se dará al sistema de mensajes cortos (SMS) en el estado de Sinaloa para que Protección Civil alerte a la población sobre sismos.
Es notable lo bien intencionado de la iniciativa, si bien se deben de tener las expectativas adecuadas de un sistema que está diseñado (como todas las redes de comunicaciones) asumiendo que en ningún momento todos o una gran parte de los usuarios requerirán usarlo simultáneamente.
Es oportuno revisar además la opinión de Andrew Seybold sobre el uso generalizado del sistema para envío de alertas a la población. Es especialmente ilustrativa su explicación de por qué no funcionó la idea de Barack Obama de dar vía SMS la primicia de quén sería su candidato a Vicepresidente a su base de seguidores más fieles:
“The more [short messages] you send, the less likely people are to receive them in a timely manner. Each intended recipient’s cell phone has its own phone number so each message must be sent individually -SMS messages are sent sequentially, one number at a time. In the case of Obama’s text message, networks were clogged with SMS traffic that had to wait its turn.”
La mal enfocada iniciativa da pie a hacer una reflexión adicional: qué mala idea cobrar impuestos especiales a servicios que son percibidos como ideales para usos de tan alto impacto social.