Con las siglas alternas “IXP” (Inter eXchange Point) que se refieren a la misma infraestructura también conocida como “NAP” (Network Access Point), recientemente revivió en México la idea de que el Estado sea promotor de tal infraestructura.
Durante años he cuestionado la lógica de que tal iniciativa tenga que ser originada por el Estado y mucho menos usando recursos públicos escasos que se requieren en múltiples otras iniciativas como construir redes en áreas rurales, pues en ningún lugar del mundo las redes llegan a tales áreas sin la intervención (directa o indirecta) del Estado.
CNNExpansión me entrevistó sobre el tema:
¿Y es necesario un IXP?
En México no se ha instalado un IXP porque no se necesita, destaca Carlos Silva Ponce de León, analista independiente y ex investigador del Centro de Investigación y Docencia Económicos (CIDE).
El experto realizó un estudio sobre el tema en 2003 y entonces consideró que no existía una prioridad para instalar un punto de interconexión de Internet en México, y su postura no se ha modificado desde entonces.
“Bestel y Telmex, empresas que se odian a muerte en interconexión telefónica, cuentan con convenios en Internet. ¿Dónde está el problema?”, expresó el analista.
Carlos Silva también cuestionó que el Gobierno sea el impulsor del proyecto cuando en ningún país del mundo, salvo Cuba, sucede algo similar.
“Estos proyectos son impulsados por la iniciativa privada en todo el mundo”, comentó.Aunque consideró que si bien el costo tampoco es significativo en relación al gasto del Gobierno, se deben atacar otras prioridades como la extensión de la red de fibra óptica o la entrada de inversión extranjera para impulsar al sector.
La iniciativa nace a partir de las recomendaciones que la OCDE hizo en su estudio “Review of Telecommunications Policy and Regulation in Mexico”. Debo aclarar que el estudio en su mayoría es uno que se trabajó con bastante seriedad. Fue lamentable que en nuestro país fuera descalificado a priori y con argumentos muy endebles (la OCDE publicó una respuesta a todas esas críticas).
Adoptar de una vez todas las recomendaciones de la OCDE no sería una solución mágica a todos los problemas de las telecomunicaciones de nuestro país, ni mucho menos algo que sea lógico esperar implementar de forma inmediata (por ejemplo, en el limitado tiempo que le queda a la actual administración federal).
Si algo se le puede criticar de manera general al reporte de la OCDE es de decir pocas novedades de fondo. Los problemas ya son de antaño conocidos. Pero comparar nuestra infraestructura con la de aquellas naciones que tienen el nivel de desarrollo al que México aspira, es un ejercicio necesario que debe hacerse de recurrente. En ese sentido, descartar el valor del reporte como una herramienta para el diagnóstico y guía para el diseño de una nueva política pública para el sector es un error gravísimo.
Por otro lado, el debate que nos sigue quedando como tarea pendiente a nivel nacional, es el del detalle de los cómos y cuándos, particularmente a la luz del apresurado plan de 10 acciones que la SCT anunció como respuesta durante el mismo evento de presentación del estudio. Ahí particularmente llama la atención una acción específica que SCT consideró crítica aún cuando el reporte de la OCDE, si bien la menciona en el cuerpo del documento, no la incluye en su lista de recomendaciones finales.
En el apartado “Acceso de banda ancha” la OCDE menciona que “El gobierno deberá estimular a los ISP para que establezcan un punto de interconexión de internet” (OCDE, 2012, pág. 37). En función de ello, el plan de 10 acciones de SCT define: “La novena acción contempla instalar un punto de interconexión a internet o IXP, el primero en México, a fin de facilitar el intercambio de tráfico con la red mundial de la información, de una manera más rápida, eficiente y económica.” (SCT, 2012).
La propuesta de contar con un IXP (Inter eXchange Point) o NAP (Network Access Point) de Internet en México no es para nada reciente y tiene su fundamente en infinidades de beneficios que tal infraestructura podría proveer. De acuerdo a la OCDE un IXP “… permite el intercambio de tráfico en un solo punto, reduce los costos de tránsito, elimina los costos de transporte transfronterizo y genera incentivos para crear contenido nacional.” Por su parte la SCT atribuye a la eventual instalación de un IXP el poder facilitar “el intercambio de tráfico de internet, haciendo la transacción (sic) más rápida, eficiente y barata” pues “en estos puntos convergen muchas redes, lo que permite que, cuando una red se conecta con un solo IXP, puede acceder a todas las redes que llegan al mismo sitio” (SCT, 2012).
La OCDE en su reporte llama la atención sobre el hecho de que México es una de muy pocas naciones que no con este tipo de infraestructura es correcta. Somos de hecho el único país miembro de la OCDE y también uno de los pocos países en Latinoamérica en esa situación (Silva Ponce de León, 2005, págs. 380-381). La OCDE apunta correctamente que los IXPs han surgido de esfuerzos de cooperación (faltaría aclarar que de la industria) e insta al Estado a promover la creación de uno en el país.
Bajo esta óptica, instalar un IXP parecería una prioridad que el Estado debería promover ante la miopía de la industria y de la misma administración pública. Una vez que los proveedores de Internet dependen de infraestructura en el extranjero para hacer que sus redes estén interconectadas, es claro que incurren en ineficiencias que les generarían altos costos que tendrían que trasladar a sus usuarios.
Y hasta aquí, en papel, no se puede más que estar de acuerdo con el planteamiento de SCT de buscar con urgencia el contar con tal infraestructura, excepto por el hecho de que el diagnóstico del que se parte es incorrecto y la capacidad de impactar positivamente el desarrollo de la Red en México es mínima comparada con otros problemas que se deben atender y potencialmente nula.
En específico, construir un IXP poco puede hacer para aliviar el problema de una infraestructura limitada y poco asequible para el común de los mexicanos una vez que:
Sin restar valor a la totalidad del documento de la OCDE, que es una revisión robusta y bien documentada a las diferentes carencias en infraestructura de telecomunicaciones de nuestro país, el análisis que hace sobre la necesidad de contar con un IXP es erróneo.
Erróneo al detectar un problema que no existe, de nueva cuenta como multiplicidad de actores lo han hecho en el pasado, pues las grandes redes dorsales de Internet de las que dependen la gran mayoría de los usuarios de nuestro país YA están interconectadas, simplemente porque les conviene económicamente y los incentivos son tales que no se ha requerido intervención del Estado y ni las disputas que las empresas involucradas tienen en otro tema llegan a ser obstáculo suficiente.
Y erróneo al prescribir una receta sin sentido y sin sustento en la evidencia internacional, pues como comento en la nota donde me cita CNNExpansión, el único país del mundo donde se crearon NAPs “por decreto” del Estado es Cuba. Difícilmente un modelo de desarrollo al que nuestra nación quiera aspirar.
En resumen, es realmente preocupante el pobre análisis que las autoridades realizaron para incluir la construcción de un IXP como una prioridad para el país y la excesiva confianza que tienen tal acción como generadora de impactos positivos para la difusión del uso de Internet