Frecuentemente se escucha la crítica que académicos y especialistas hacen al modelo de relación de la autoridad con la industria de telecomunicaciones en México, la comúnmente denominada “doble ventanilla”. Su existencia se refiere al caso en que los dos órganos relevantes del sector tienen funciones relacionadas pero con jerarquía distinta: la SCT debe ejercer la rectoría del Estado en términos del diseño de la Política Pública con metas de largo plazo (el “qué”) y la Cofetel debe definir las regulaciones que establecen con detalle los derechos y obligaciones de las partes involucradas para el logro de las metas (el “cómo”).
La realidad, sin embargo, es que la industria tiene que enfrentar la parálisis que genera la continua disputa entre estos dos órganos y sus criterios frecuentemente contradictorios.
Sin embargo, permítame señalar un tema que es aún más grave: el hecho de que históricamente, ninguna de las dos autoridades ha ejercido un liderazgo efectivo en la definición de las Políticas del Sector. Me valgo de una revisión a la experiencia de dos socios comerciales estratégicos (España y Estados Unidos) en su definición de una Política Pública clave (la migración a la TV digital).
Estados Unidos – Más servicios
En los Estados Unidos, la mayoría de la población tiene acceso a servicios de TV por cable, pero el uso de teléfonos móviles es menos común que en Europa y los accesos de banda ancha son menos abundantes que en países como los escandinavos y Corea. ¿Qué definió Estados Unidos como prioridad en el proceso de migración a la TV digital?, siendo ésta una tecnología más moderna y eficiente (con el espectro radio eléctrico donde hoy se transmite un canal de TV analógica, se puede dar espacio a hasta 4 canales de TV digital) en Estados Unidos se dio prioridad a reutilizar el espectro liberado después de la migración para permitir una mayor oferta de servicios de telecomunicaciones.
Estados Unidos finalizará su migración en el año 2009, pero hoy ya subasta el espectro que quedará libre para permitir la entrada de nuevas empresas de telecomunicaciones y las empresas de TV tienen la opción de considerar utilizar una parte del espectro para otros servicios. Tal apertura incluso ha permitido que el gigante de las búsquedas de Internet, Google, esté considerando entrar a este mercado.
España – Más canales
España finalizará su migración en el año 2010 luego de haber adelantado el proceso y a pesar de que la Unión Europea le daba margen para hacerlo hasta 2012. En su Política, España define un primer objetivo muy simple: tener más canales de TV abierta mediante un esquema que incremente “el pluralismo reforzando la libertad de elección de los ciudadanos”.
México – Tarde y sin objetivos
¿Qué define para el caso mexicano la Política de Televisión Digital definida por los entonces Secretario y Subsecretario Pedro Cerisola y Jorge Alvarez-Hoth? Le pido encarecidamente que no se ría. La mencionada Política tiene como su primer objetivo “La inclusión digital” que permitirá que “la sociedad se beneficie de las ventajas que ofrece esta tecnología”. En un ejemplo de libro de texto sobre lo que sería una definición tautológica, nuestra Política define que debemos migrar a la TV digital para poder ser digitales y disfrutar el serlo. Como segundo objetivo define la “Calidad” para contar “con imágenes y sonido de mayor fidelidad y/o resolución”, lo cual es una cualidad opcional de la tecnología y no pareciera ser un objetivo socialmente más deseable que gozar de una mayor oferta de servicios (mencionado someramente en cuarto lugar) o de contenidos televisivos (omitido).
Por si esto fuera poco, se define como una meta para la migración el año 2021; es decir, tardaremos 12 años más que Estados Unidos, 11 más que España y 5 más que Brasil: todos ellos países con los que por relaciones comerciales, culturales y geográficas tiene mucho sentido que nos comparemos.
¿Qué camino sería el mejor para México?, ¿el seguido por España o el elegido por Estados Unidos?, es probable que las necesidades de nuestro país nos lleven a considerar un esquema mixto, donde se busque maximizar el uso del espectro con la intención de permitir avances significativos en ambos temas.
Con esta perspectiva, además, muchas de las politizadas discusiones que siguieron a partir de y persisten sobre las Reformas a las Leyes de Telecom y Radiodifusión de 2006 parecerían totalmente bizantinas, si bien entendibles una vez que, ante la problemática de definir temas de fondo, la ventanilla de la autoridad responsable ha sido funcionalmente nula.