Telmex y la próxima licitación de frecuencias

El periódico Reforma me cita el día de hoy con respecto a si a Telmex debería permitírsele participar en la próxima licitación de frecuencias para Wi-Max.

“Desde el 28 de octubre de 1998, Telmex cuenta con una concesión para disponer de 25MHz en las bandas de frecuencia de 3450-3475MHz y 3550-3575 MHz para ofrecer servicios de telefonía fija inalámbrica, por lo que no necesita más espectro”

Sobre la misma tecnología hay dos hechos recientes que son de llamar la atención:

1) El creciente pesimismo de Sprint sobre si continuar o no el despliegue de la tecnología (para el que sería el despliegue de Wi-Max de mayor envergadura).

2) El hecho de que pudiendo usar la tecnología para aplicaciones rurales (supuestamente un fuerte de Wi-Max). Telmex recientemente haya anunciado una gran inversión en tecnología CDMA-450.

Actualización del 22 de octubre: Frecuencia Online me citó y elaboró más sobre el tema.

Contenido como diferenciador a largo plazo

Nunca será motivo de gusto que una empresa se declare en bancarrota.

Lo anterior, sin embargo, no me impide tomar el caso del operador Amp’d como la más reciente y clara evidencia de que ofrecer contenido atractivo como principal diferenciador no es una estrategia viable en el largo plazo.

La oferta de contenido de Amp’d no podía ser más enfocada y atractiva: un servicio dirigido al mercado joven con contenido de la disquera más grande del mundo (Universal Music Group) y la mismísima MTV.

Ayer Amp’d se declaró en bancarrota, debido a que si bien la empresa fue exitosísima adquiriendo suscriptores, casi la mitad de ellos presentaba algún problema de cobranza.

El segmento de mercado que representan los jóvenes es probablemente el más activo consumidor de contenidos, principalmente los digitales. Si una estrategia de ofrecer el mejor contenido posible a este segmento resulta no ser rentable, realmente ya es momento de que quienes aún plantean que los contenidos deben estar en el centro de la estrategia de los operadores revisen con más calma sus supuestos.

Las ofertas de contenidos móviles representan importantes ingresos a los operadores, además de que generan incentivos para la inovación en nuevos y mejores dispositivos, que los operadores pueden ofrecer accesiblemente a sus usuarios vía subsidios equvalentes a una parte o la totalidad del costo del teléfono. El usuario es el más beneficiado de ello.

Sin embargo, el caso de Amp’d ejemplifica claramente que ofrecer el mejor contenido es una buena estrategia complementaria y no la principal que puede considerar un operador.

Ya lo dijo Andrew Odlyzko: Content is not king.

Celebrando la portabilidad numérica

Sí, hay noticias que celebrar en el mercado mexicano de las telecomunicaciones.

En medio de las histéricas y altamente politizadas discusiones sobre las reformas del año pasado a las leyes de Telecomunicaciones y Radio y TV es de lamentar la relativa poca atención que recibe la entrada de la Portabilidad Numérica, modalidad que permitirá a los usuarios de servicios de telefonía (móvil y fija) conservar su número telefónico cuando deseen cambiar de proveedor.

Hay que empezar por recordar que la introducción de tal capacidad no debiera resultar tan inesperada. Desde 1995, la Ley Federal de Telecomunicaciones en su Artículo 44 fracción V, establece como obligación para los concesionarios: “Permitir la portabilidad de números cuando, a juicio de la Secretaría (la SCT), esto sea técnica y económicamente factible”.

La pregunta más bien es, ¿por qué hasta ahora?. La agenda regulatoria desde 1995 estuvo apretadísima: en aquel año se tuvo una nueva ley para el sector; en 1997 se abrió a competencia el mercado de Larga Distancia; en 1998 se abrió el mercado local y se licitaron frecuencias para nuevos operadores móviles e inalámbricos fijos; finalmente, en 99, se introdujo el esquema “El que llama paga”. Pero durante los años 2000 a 2005 simplemente no ocurrió suceso alguno que pueda ser comparable en importancia a los anteriores y era precisamente en esos años cuando era necesario consolidar el naciente proceso de apertura a la competencia.

Es difícil predecir si la pura entrada de la competencia cambiará el balance entre los operadores que surgieron del antiguo monopolio estatal y los competitivos. Estudios igualmente serios afirman que en los mercados móviles, por ejemplo, tener bases de clientes predominantemente de prepago (como en nuestro caso) es determinante para que la portabilidad sea un éxito. Otros estudios afirman que el dominio que ostentan Telmex y Telcel será potenciado mediante esta modalidad.

La realidad es que por sí sola, la introducción de ninguna modalidad regulatoria hará que súbitamente nuestro mercado sea más competitivo. Aún así, la portabilidad es un caso paradigmático de regulación cuyos beneficios claramente superan a sus costos: al asignar al usuario derechos sobre su número telefónico, se crean incentivos para que los participantes en el mercado generen resultados deseables socialmente (ya sea mejores servicios, precios, mayor cobertura o una combinación de éstos u otros factores). Este es el resultado de asignar derechos de propiedad al agente que termina financiando las inversiones en redes, equipos y nuevos servicios: el consumidor.

En conclusión, el arranque de la Portabilidad es probablemente el desarrollo regulatorio reciente más relevante para las telecomunicaciones del país y, por más atención que acapare en los medios, no lo es el tratar de especular sobre si en el año 2022 cuando todos los televisores en México sean digitales, existirá la tecnología y el espectro disponible para que los concesionarios actuales de TV puedan transmitir chistes, noticias u horóscopos personalizados a sus televidentes.

¿Qué sigue?

Voy a permitirme recomendar un libro que no he leído, el nuevo de Clayton M. Christensen titulado: “Seeing What’s Next“.

A finales de los años 90 se volvió muy popular el libro “The Innovator’s Dilemma”.. Con el ostentoso subtítulo “The Revolutionary Book that Will Change the Way You Do Business” me parecía el tipo de lectura que sólo la nueva generación de improvisados consultores “puntocom” podría encontrar interesante.

Fue hasta que apareció la secuela : “The Innovator’s Solution” que me permití conocer la obra de Christensen y encontré el trabajo de un gran académico que sustenta sus modelos en observaciones hechas durante varios años en múltiples industrias.

Christensen aborda el problema de generar crecimiento a través de nuevos productos para nuevos segmentos de mercado a través de un marco conceptual sencillo y de aplicación general para cualquier industria. Geoffrey Moore es otro gran estudioso del tema, que sin embargo ofrece una visión que tiende a quedar circunscrita al ámbito de la alta tecnología y parece cada vez más obsoleta (Revisar mi artículo “No más tornados“).

Si bien Christensen parece regresar un poco a la mala práctica de los subtítulos ostentosos (esta vez con “Using Theories of Innovation to Predict Industry Change”), estoy seguro que a partir del gran marco de referencia que ofrece su libro anterior, Christensen ofrecerá una herramienta útil para quien, en cualquier industria, tenga que ponderar posibles escenarios futuros en los cotidianos procesos de planeación empresariales. >

La consultora de Christensen, Innosight, publica un blog de donde recomiendo la lectura sobre las posibilidades de éxito de RIM, la empresa que fabrica la Blackberry, contra el iPhone.

Pescados y celulares en India, elefantes blancos y computadoras en Dominicana

The Economist ha sido un ferviente defensor de la telefonía móvil como la forma más adecuada de aprovechar la tecnología en beneficio de regiones marcadas por la pobreza. Una de sus portadas más memorables está dedicada al tema, con el correspondiente análisis que titulaba:

The real digital divide
Encouraging the spread of mobile phones is the most sensible and effective response to the digital divide”

Seguramente fue en función de ello que Robert Jensen eligió ese medio para adelantar los resultados de su más reciente estudio, donde relata la correlación entre la adopción masiva de telefónos celulares y la eficiencia del mercado de pescados en una región del sur de la India.

Al poder llamar a los mercados de poblaciones vecinas luego de lograr la pesca del día, los pescadores tienen la posibilidad de saber de antemano la demanda y los precios de cada mercado donde pueden vender su pescado. De otra forma “se la tienen que jugar”, esperando que al viajar a la población que escojan haya un precio aceptable para el mismo o, en el menos malo de los casos, que al menos exista demanda suficiente que no los obligue a desechar su pesca (una vez hecho el viaje y dado lo rudimentario de sus embarcaciones, no es realista esperar poder viajar a otra ciudad sin que el pescado se pudra).

El estudio demuestra que existe una correlación entre la adopción de teléfonos celulares entre los pescadores y un incremento de sus utilidades de un 8%. Además el precio promedio del pescado bajó un 4%.

Ya en un documento anterior, Jensen defendía que la tecnología, en general, permitía la fácil diseminación de una información esencial para orientar la actividad económica: los precios, esencial mecanismo de coordinación que da incentivos para que los productores enfoquen su actividad sólo en aquello que los consumidores realmente están dispuestos a adquirir.

Por otro lado, la lección para el caso general debiera ser que la infraestructura que logró tales eficiencias en el caso de la India se debe completamente a la inversión privada a través de un modelo de negocios autosustentable. En función de ello, es risible que los esfuerzos de Latinoamérica insistan en abatir los efectos de la pobreza subsidiando programas para el desarollo de Internet. Simplemente es un modelo inadecuado que promueve la tecnología incorrecta.

Basta ver las declaraciones del promotor del NAP Caribe en la República Dominicana. Si en general, subsidiar infraestructura de Internet es una forma poco creativa de tirar dinero a la basura, el caso particular de los NAPs es aún más desastroso (en este working paper doy mis razones para el caso Mexicano).

Cualquier cantidad que el gobierno de Dominicana dedique a financiar el NAP (se sabe que se invertirán $40M de USD y que la empresa operadora ganó un contrato del que ningún medio reporta detalles) habrá sido un desperdicio por estas simples razones:

  • El NAP no va a lograr nada para los Dominicanos que no cuentan con ingresos para comprar una computadora o no tienen acceso a infraestructura de acceso de última milla a Internet.
  • Lo más probable es que el problema de Dominicana sean altos costos de tránsito hacia Estados Unidos y el NAP no va a ofrecer nada en términos de disminuirlos.
  • Se argumenta que ésto generará más divisas para Dominicana al convertirlo en el “hub” de acceso para otros países en la región. Si éste es el caso y el NAP es exitoso en ello (que sí puede serlo), ¿qué necesidad había de financiar la inversión con fondos públicos?

La fibra oscura de Google

Después del anuncio formal del iPhone, parece que el tema de especulación más divertido en la industria es fantasear sobre qué va a hacer Google con las que al parecer han sido cantidades considerables de fibra oscura que ha adquirido en años recientes.

Para aquellos que gustan de la especulación, VoIP news publicó recientemente una lista interesante de iniciativas que Google podría emprender con esos activos.

Pero especular no es la ocupación favorita de este blog, si bien el revuelo que ésto provoca me parece que evidencía temas de mayor impacto para la industria en su conjunto como los siguientes:

  • Es fabuloso que el mercado de redes de Internet esté desregulado. Y que las posibilidades para tantos servicios creativos estén ahí, para que Google u otra empresa las pueda explotar, es una excelente noticia para todos los usuarios de Internet.
  • Las empresas de Internet tienen opciones para no depender de los operadores Telecom. Esto es muy relevante para la discusión sobre neutralidad de la red, que parte de la idea del “oligopolio” que los operadores tienen sobre la arquitectura de Internet. Finalmente la postura oficial de Google es que las rutas de fibra le permiten bajar costos en la interconexíón de sus centros de datos al no depender de los operadores tradicionales.

Por otro lado, a pesar de que no todas las empresas tienen la escala de Google como para poder considerar hacer grandes inversiones en redes de fibra, parece que por más que las empresas de Internet repudien la idea de que los operadores cobren por dar preferencia a ciertos tipos de tráfico, en la práctica hoy YA dedican una buena cantidad de dinero a hacer precisamente eso. Sólo basta ver los últimos resultados de Akamai, empresa que radica su éxito en enfocarse en optimizar la entrega de contenidos.

El “revés” a Telmex en portabilidad

Seguramente que absorber las inversiones en que incurrirá para implantar portabilidad numérica en México (sin posibilidad de recuperarlos con cargo al usuario) no fue el resultado que Telmex estaba deseando.

Sin embargo llama la atención que el hecho de que la portabilidad aplique al mismo tiempo para todos los operadores sea considerado por Reforma como un revés a Telmex. La idea original era que durante seis meses sólo Telmex tuviera la obligación de permitir a sus clientes cambiar de operador conservando su número telefónico. ¿Reforma cree que ésto era una ventaja para Telmex?

Desregular: la verdadera acción no vendrá con la revisión a la Ley Telecom

Olviden las polémicas sobre las Reformas a las Leyes de Telecomunicaciones y de Radio y Televisión del año pasado, dentro del ruido que el tema genera se he perdido una declaración de Eduardo Ruiz Vega (Comisionado de Cofetel) que puede tener un impacto más directo y de corto plazo hacia los usuarios finales que las mismas reformas a la Ley.

Sólo un medio (El Universal) tomó nota de la declaración de Ruiz Vega donde habla de la eventual eliminacion de todos los reglamentos específicos de servicios de telecomunicaciones en una sola reglamentación general y más sencilla.

Los beneficios de tal iniciativa son múltiples:

  • Facilitar la convergencia al no limitar el uso de una red a un servicio en particular
  • Acelerar la entrada de nuevos servicios
  • Agilizar los procesos regulatorios mediante principios de aplicación general

Tomo como ejemplo ilustrativo el caso del servicios de Radio sobre redes celulares (“push to talk over cellular”). El servicio se ofrece sobre redes celulares, pero no existe un reglamento de telefonía celular que sancione como éste y otros servicios se podrían ofrecer. Esta indefinición resultó muy cómoda para la pasada administración de la COFETEL, que bloqueó el lanzamiento que del servicio ya tenían listo los entonces 4 operadores celulares en México, argumentando que para ofrecerlo se requería contar con una concesión específica para el mismo.

Por supuesto, la respuesta no debería ser crear un nuevo reglamento separado cada vez que un desarrollo tecnológico facilite la aparición de un nuevo servicio. El time to market, claramente requiere respuestas más agiles que las que el “time to regulate” generalmente ofrece. Pero ésta iniciativa, si es debidamente ejecutada, será un paso adecuado hacia la desregulación del sector.

En un país donde claramente existe un déficit de infraestructura, no hay mejor incentivo para el desarrollo de ésta que abrir las puerta para que las agentes privados puedan tener un oportuno retorno de inversión, ése es el objetivo de los operadores al buscar brindar más servicios en su red y el origen del gran interés de la industria por los procesos de convergencia; el resultado esperado: más opciones y mejores precios para el usuario.

La propuesta dista mucho de ser la sobresimplificación que, por ejemplo, propone The Progress and Freedom Foundation con su proyecto “Digital Age Communications Act” al sugerir eliminar toda la regulación específica a telecom y reemplazarla con regulación antimonopolio, lo cual además es contrario a las conclusiones de otros estudios (Kerf, Neto, Géradin, 2005) que sugieren un adecuado balance entre ambos tipos de regulaciones como requisito indispensable para incrementar la competitividad del sector.